sábado, 20 de junio de 2009

LA DEMOCRACIA SEGÚN C Y D

CURSO : ANÁLISIS POLÍTICO I
LIBRO : LA DEMOCRACIA SEGÚN C Y D
AUTOR : YUSUKE MURAKAMI

INTRODUCCIÓN
La obra de Yusuke Murakami es una descripción y hasta un análisis de cómo opera la democracia y la participación política en la sociedad peruana, específicamente en los sectores C y D. Comenzando con el análisis de la obra, manifestaré que el autor no hace ningún deslinde del porque utiliza la nueva nomenclatura que ha introducido el capitalismo para referirse a las clases sociales, las cuales ha codificado con las letras A,B,C,D y E; como se sabe, esta novísima clasificación es una forma de evitar referirse a las clases sociales en términos de polaridad: ricos y pobres, todo esto con la finalidad de enmascarar las enormes desigualdades sociales que ha creado este tipo de formación socio económica. A modo de ilustración, se dice que los sectores A y B representan a la clase dominante de la burguesía y sus aspirantes; mientras que los sectores C, D y E representan a los sectores medios bajos, obreros, campesinos, marginados y todo tipo de pueblo empobrecido.

TIPOS DE PARTICIPACIÓN Y COMPORTAMIENTO POLÍTICA EN C y D
La obra es un estudio acerca del comportamiento político de los sectores populares (C y D) de Lima, en ella se detallan dos perspectivas de ver y sentir la política en esta clase social; en primer lugar, hay una perspectiva positiva, en la cual, los integrantes de los sectores populares se inmiscuyen activamente en las decisiones de su comunidad, organizándose y promoviendo la solidaridad y democracia entre sus integrantes, buscando el desarrollo colectivo de los mismos. Son los menos, pues esta práctica no está muy arraigada en dichos sectores. Este tipo de perspectiva se da en las zonas populares que tienen influencia de grupos de izquierda.
La otra perspectiva, es la escéptica, en ella se aprecia que el comportamiento político de los integrantes del C y D, está basada en la relación patrón-cliente, en las que el primero llamado “caudillo” ofrece protección, bienes y servicios a un grupo de personas, los cuales le retribuyen con lealtad, apoyo político y obediencia. La perspectiva escéptica argumenta su posición sobre la base de cinco puntos:
1.No se practica la democracia al interior de las organizaciones populares, primando en ellas las clásicas y añejas prácticas autoritarias, basadas en la relación patrón – cliente.
2.El caudillismo es una forma de comportamiento típico de los dirigentes populares, la legitimidad de estos dirigentes se basa en la capacidad que tengan para resolver los problemas de sus representados mediante sus contactos con el mundo exterior.
3.La participación democrática, no es de mayor interés en las organizaciones populares, y a lo mucho dicha participación se ciñe a metas en el corto plazo, a las elecciones, pero no a la actividad permanente al interior de la organización. No les interesa en gran medida la discusión de objetivos de mediano o largo plazo tanto de su sociedad y menos las concernientes con el Estado.
4.Las organizaciones populares son instituciones cerradas, carecen de fuerza centrípeta, es decir, no se unen para luchar de manera conjunta con otros organismos; esta característica demuestra la falta de formación y de proyecto político en los sectores populares.
5.Las organizaciones populares tienden a la especialización, y cumplen en tal sentido un determinado objetivo y no van más allá. No hay relaciones de cooperación entre ellas, y en ese orden de ideas, su actividad es solamente coyuntural.

LA TENDENCIA PLEBISCITARIA EN LOS SECTORES C y D
La tendencia “plebiscitaria” en las organizaciones populares se basa en un estudio cuantitativo realizado por Parodi en 1990, el cual descubre que en dichas instituciones existe un alto porcentaje de la población que no tiene reparos en alinearse bajo un Estado fuerte y/o autoritario, siempre y cuando este les otorgue los servicios básicos que su comunidad necesita, los cuales son básicamente: educación, salud, vivienda y trabajo; no les interesa en gran medida o consideran que tienen menos importancia: la seguridad, la justicia, la igualdad o la democracia. Anteponen sus necesidades a sus libertades políticas.
La tendencia “plebiscitaria” en los sectores populares, percibe a sus dirigentes como agentes proveedores, los cuales tienen la “misión” de aplacar o mitigar las carencias de sus representados. Para los miembros de base, un dirigente político se asemeja a un héroe o salvador que carga sobre sus espaldas la esperanza de sus pobladores. Es por ello, que los miembros de las organizaciones populares al elegir a sus representantes, buscan a aquellos que tengan buenos contactos con el gobierno; delegan en sus dirigentes casi todas las decisiones y no se interesan o inmiscuyen de manera activa en el proceso de los logros políticos; tampoco los dirigentes hacen gran cosa por involucrar activamente a sus bases, sea por egoísmo, cálculo político o desconocimiento en materia organizativa.
La práctica plebiscitaria da como resultado que los pobladores de los sectores C y D, constantemente estén cambiando de candidatos en las elecciones de todo tipo a las cuales asistan, pues su mentalidad está en función de los resultados que su elegido les pueda asegurar. Esta práctica deja entrever una pobre formación ideológico-política, la cual no es de su exclusiva responsabilidad, sino que forma parte de la deficiente o nula educación tanto pública, familiar y política. El sistema de partidos políticos tiene una gran culpa sobre este tema, pues han feudalizado la política y solamente se mueven en el sustrato que le es conocido, siendo poco probable que se inmiscuyan en terrenos que consideran adversos.

Por otro lado, los estudios de Murakami contradicen pero mínimamente a los estudios de Parodi, pues el primero encuentra una tendencia en los sectores C y D a elegir dirigentes que sean participativos y que busquen la integración de la población. También encuentra una relativa importancia en dichos sectores por los problemas políticos aunque es mucho mayor el porcentaje sobre este tema en los sectores A y B.
También se percibe en dicho estudio una lealtad democrática débil en los sectores C y D, percibiendo a la democracia en términos utilitarios y estando dispuestos a sacrificar sus libertades políticas en aras de su bienestar. Pero en líneas generales, el estudio de Murakami también llega a la conclusión de que existe una tendencia plebiscitaria en los sectores populares, manifestando que las diferencias mínimas que se dan entre ambos estudios pueden ser atribuidos al tiempo, Parodi realizó su estudio en 1990 y Murakami en 1999.

CONCLUSIONES
-Existen dos tipos de participación y de comportamiento político en los sectores C y D: el positivo y el escéptico.
-Prima en los sectores populares la participación y el comportamiento político de tipo escéptico.
-Los estudios de Parodi evidencian una participación democrática que él llama “plebiscitaria” en los sectores C y D.

COMENTARIO: Me permito hacer un comentario acerca de lo que consideró serían las causas de este tipo de democracia plebiscitaria en nuestros sectores populares, las mismas, son parte de un estudio mayor que estoy realizando y con el cual pienso demostrar que la apatía por las cuestiones políticas forman parte de un proceso escrupulosamente planificado desde la época de Fujimori y que los sucesivos gobiernos se han encargado de continuar, tan sólo pienso citar algunas, pues de lo contrario se desvirtuaría el cometido del trabajo, el cual es, analizar la obra de Murakami.
-La tendencia “plebiscitaria” en los sectores C y D guarda relación con la crisis de los partidos políticos que se vive desde hace más de dos décadas, el cual tiene que ver con la atomización de los partidos que se reclamaban de izquierda y que eran los llamados a organizar y dirigir un cambio en las sociedades subdesarrolladas.
-La atomización de los partidos dio lugar a cacicazgos en la política, prácticamente sectorizaron a la población y no les interesó más que trabajar con el mínimo de ella que les asegure votos y una curul en el Congreso de la República. Aquí se potenció la relación patrón-cliente, que ya era una institución informal política arraigada en la sociedad peruana.
-La educación formal, contribuyó y contribuye a este marasmo por las cuestiones de interés político, en el mundo que vino después de la caída del bloque soviético y la consiguiente pérdida de la bipolaridad mundial, se comenzó a satanizar todo aquello que tenga alguna connotación político-ideológica, los currículos de estudio se volvieron “técnicos” y “asépticos” en materia de análisis de la realidad nacional.
-La creciente pobreza dio como resultado que las personas que la integraban se aparten de su realidad y vivan solamente pensando en el día a día y en términos de satisfacer únicamente sus necesidades vitales. Además, desde el Gobierno de Fujimori se empezó a desmovilizar a los organismos de base, pues dicho gobierno empezó a dotar de los servicios públicos esenciales: luz, agua, desagüe, pistas, veredas, comedores populares, sin que en muchos casos los pobladores lo soliciten, la finalidad de esta acción gubernamental era dejar de lado a los organismos de base que antes luchaban por la instauración de estos servicios y más bien que la población perciba que el Estado iba allí donde lo necesitaban. Desde luego que en esa casa precaria con luz y agua, abundaban los problemas de miseria, pues muchos de esas familias adolecían de trabajo, de educación o de salud; pero allí estaba el comedor popular para paliar el hambre y el televisor con sus programas alienantes que alejaban de la realidad y de la actividad política a la población.

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